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Chisporroteos

Alberto F. Cañas | 18 de Marzo 2006

La carta con que don Oscar Arias ha respondido la que Ott�n Sol�s le envi� cuando el resultado de la elecci�n presidencial qued� establecido, despierta la esperanza de que se establezca un di�logo franco entre el gobierno que viene y la oposici�n, salvo en un punto.

Voy a referirme primero ese punto. A la oferta que don Oscar le hace a don Ott�n, de que vaya a Washington acompa�ado por los dos vicepresidentes, a averiguar si el TLC puede renegociarse.

El resultado de tal averiguaci�n con toda seguridad ser� negativo, porque la �nica manera seria de obtener una respuesta, no es yendo a averiguar sino proponiendo formalmente la renegociaci�n (ni el gobierno norteamericano ni ning�n otro opera sobre conjeturas). Y la renegociaci�n no puede proponerla un particular; s�lo el gobierno. Si don Oscar cree que una renegociaci�n del tratado podr�a ser �til o f�rtil para Costa Rica, que la proponga formalmente su gobierno, en vez de mandar un tr�o que ni siquiera se sabe si llevar� representaci�n o plenipotencia oficial. Como s� que don Oscar tiene que conocer la manera en que funcionan las cosas, y de presumir que lo que ha escrito en su carta se debe a que supone que don Ott�n Sol�s la ignora, lo cual constituye una ofensa. Las cosas son o no son, se hacen o no se hacen, sin jueguitos. Instruya a don Ott�n a que, con poder suficiente, le plantee oficialmente a los Estados Unidos en nombre del gobierno de Costa Rica una renegociaci�n de los puntos del tratado que le interesan al pa�s y a su gobierno, y entonces s� habr� actuado con seriedad.

Ahora bien. Ausente don Ott�n de la capital, no he tenido oportunidad (ni s� si habr� de tenerla) de comentar con �l la carta de don Oscar, pero me siento optimista ante la posibilidad de di�logo y de entendimiento que abre. Es bueno que las dos fracciones m�s numerosas de la pr�xima asamblea dialoguen, que los dos partidos m�s fuertes dialoguen permanentemente, y que los jefes visibles de ambos tengan un contacto frecuente y conversen sobre todos los asuntos p�blicos. Si esto no ocurre tendremos un cuatrenio tan est�ril como el actual.

Hay en los planteamientos program�ticos del arismo, puntos que no veo por qu� no han de contar con el apoyo del PAC, y aspectos en los programas del PAC que no hay raz�n para que no puedan cumplirse con el apoyo del pr�ximo gobierno. Es cuesti�n de buscar acuerdos, y de que el di�logo sea permanente. Entre las fracciones, entre los partidos y entre sus jefes.

No s� si el di�logo podr�a incluir el plan fiscal pendiente. Aunque creo, con frialdad, que al principal partido de oposici�n lo que le conviene es que el plan pase porque la reacci�n de la clase media cuando vea c�mo le elevan los impuestos directos sin que les ocurra lo mismo a los grandes grandes bigs, el partido de oposici�n necesariamente lo capitalizar�.

Aunque pensando en el bienestar de las clases media y las clases pobres, lo mejor ser�a que el plan fiscal pasara a dormir el sue�o de los injustos.

(La Rep�blica)

Alberto F. Cañas | 18 de Marzo 2006

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