Modestamente, sin fanfarrias de prensa, a�n m�s, sin que la prensa o sus suplementos se hayan ocupado del asunto, ma�ana volver� a los escenarios con mi primer estreno teatral en veintitr�s a�os (no incluyo los divertimentos en forma de comedias breves que he ofrecido en ese lapso).
A ra�z del fracaso estruendoso de Oldemar y los Coroneles en 1984 (del que se recuper� en una puesta en escena posterior), decid� retirarme del teatro, cosa que he cumplido. He dicho muchas veces que los dramaturgos han desaparecido en todo el mundo, porque el teatro pas� a poder de los directores, que hacen lo que les da la gana con los textos y en vez de hacer �puestas� hacen �propuestas�.
Pero me encontr� s�bitamente con un director nuevo, que respeta lo que uno escribe: Mariano Gonz�lez, y tras dos reposiciones de comedias ya conocidas que fueron muy aplaudidas, convine con �l en entregarle una de las tres obras que quedaron engavetadas cuando suspend� mi actividad de autor teatral.
Jueves Santo, que se estrenar� ma�ana, forma parte de una especie de trilog�a sobre mujeres de nuestras zonas rurales que escrib� entre 1959 y 1963, y de las cuales solo Una Bruja en el R�o (estrenada en 1976) ha sido del conocimientos p�blico. Lo que pas� fue que, sumamente impresionado por el magn�fico desempe�o de la actriz Mar�a Silva en la reposici�n que Gonz�lez realiz� de Naturaleza Muerta con Viol�n, decid� ofrecerle a ella ese Jueves Santo que estaba engavetado, convencido de que ella le sacar� todo el jugo que tenga a esa mujer campesina que es el centro de acci�n de la obra.
No es una campesina humilde, sino una campesina rica muy orgullosa hija del principal gamonal de San Luis, que se acerca soltera a los cuarenta a�os porque no ha encontrado en su pueblo un gal�n digno de ella, o que no sea un cazador de fortunas. (En un comienzo, la pieza de llam� La Solterona y con ese t�tulo la conocieron mis amigos).
La ofrezco al p�blico profundamente confiado en la actriz, en el director y en mi escen�grafo cuate David Vargas. No he asistido a ensayos, y del resto del reparto s�lo conozco a Roxana Campos, actriz con la que he compartido con satisfacci�n muchas jornadas teatrales.
Aqu� termino la �nica referencia que ha aparecido en la prensa sobre este estreno, afirmando que se trata de un empe�o serio y no de far�ndula. Una de las pocas piezas absolutamente serias que escrib�. Si no se habla de uno, uno habla de s� mismo.
(La Rep�blica)
Alberto F. Cañas | 8 de Marzo 2006
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