Todos los seres humanos, en mayor o menor medida, sufrimos alg�n tipo de discapacidad. Algunos tenemos limitaciones musicales, otros art�sticas o deportivas, muchos carecemos de destrezas matem�ticas y otros en el �mbito ling��stico o de oratoria. Nadie sin embargo, considera que esas limitaciones limiten su desempe�o, sino que las destrezas que Dios nos regal�, vienen a compensar las debilidades.
Pero hay discapacidades en nuestros hijos o hijas diagnosticados por m�dicos, maestros o profesionales especializados, que nos dan una campanada y encienden una luz roja de alerta. Tras el impacto de confrontar que nuestra criaturita no era tan perfecta como cre�amos, el alma se nos hace pedazos y nos obliga a actuar para sacar adelante a nuestro peque�o o peque�a.
Y es que adem�s de dolorosa, una discapacidad representa gastos elevados, atenci�n profesional, dedicaci�n y seguimiento constante. Los ni�os con discapacidad son costosos, no s�lo en t�rminos econ�micos, sino, m�s importante a�n en la devoci�n que requieren para sus terapias y apoyo directo, obligando a los padres o encargados a enfrentar una carga significativa.
En medio de la confusi�n y angustia, aparecen opciones que ofrecen todo tipo de servicios para levantar la carga. Algunos con subvenci�n estatal otros privados. Por un lado encontramos hombres y mujeres que dedicaron su vida apoyar a ni�os y j�venes con discapacidad como Fernando Centeno G�ell, Otto Silesky, Viria Brautig�m Jim�nez, Sandra Herrera, Ursula Stein, Mar�a Delia Vargas, Mar�a Eugenia Camacho, Hilda Mata Guier, Geo y Vanesa Chac�n Mata, Ligia Barquero y muchas m�s que escapan a mi memoria hoy.
Estas personas pueden haber recibido una remuneraci�n por su trabajo y en algunos casos hasta acumularon un peque�o capital con su labor, sin embargo, siempre la prioridad fue ofrecer oportunidades a los j�venes y ni�os con alguna discapacidad y con su trabajo alcanzaron una realizaci�n y satisfacci�n personal que va m�s all� del dinero.
Pero tambi�n existen quienes se dedican a lucrar con la angustia ajena, desde m�dicos que inventan padecimientos hasta magnates que saben que para discapacidad se pueden recaudar millones con s�lo tocar la buena voluntad, sensibilidad y generosidad de la gente. Vistiendo con traje de magn�nimos fil�ntropos que generosamente ayudan a las personas con discapacidad, esconden una codicia ilimitada.
En Desamparados se viene denunciando desde hace d�as, que la Asociaci�n Industrias de Buena Voluntad, fundada para que personas con discapacidad logren aprender un oficio, mantenerlas ocupadas y que reciban una remuneraci�n simb�lica por su trabajo, est� siendo desmantelada tanto f�sica como legalmente por �fil�ntropos� que incluso consiguieron apoyo policial para desalojar a las personas con discapacidad seg�n lo denunci� el Diario Extra el martes22 de noviembre del 2005, p�gina 5.
Ese centro ubicado cerca de la Escuela de Gravilias en Desamparados, en un terreno de 1.500 metros cuadrados, donado por la Municipalidad de Desamparados, fue construido literalmente por el pueblo, que conmovido por el llamado para integrar a personas con discapacidad a �un mundo m�s justo c�lido y digno�, donaron un d�a de trabajo para su construcci�n. O�gase bien, con un d�a de trabajo que usted y yo, y todos los costarricenses que en el a�o 1985 �ramos trabajadores, se construy� ese lugar. Luego la Junta de Protecci�n Social, comprobando que el proyecto era bueno y funcionaba bien, construy� un segundo piso.
Pero la magia de la codicia, en un abrir y cerrar de ojos, est� a punto de pasar a manos privadas ese centro p�blico. Mediante artima�as legales, sociedades an�nimas y fundaciones, el proceso de privatizaci�n va viento en popa. Primero �despidieron� a la Directora sin informarle que estaba despedida, s�lo dejaron de pagarle el salario y su denuncia en el Ministerio de Trabajo vegeta.
No es la primera ver que los protagonistas del despojo act�an as�. El trillo ya fue andado y la historia se repite. No es la primera vez que despiden a una directora, no es la primera vez en que da�an a ni�os m�s vulnerables que cualquier otro ni�o, no es la primera vez que la prepotencia y la arrogancia son responsables de una groser�a similar.
Eso s�, esta vez afinaron la metodolog�a y usando la fuerza p�blica que tambi�n pagamos los costarricenses, actuaron contra las personas con discapacidad para desalojarlos, mientras los maleantes rondan tranquilos porque la polic�a se ocupa para desalojar indefensas personas que horrorizadas salieron espantadas, convulsionando y descontrolados.
Los que hoy, pretenden apoderarse de algo que no les pertenece, tienen dinero, mucho dinero. Los despojados, adem�s de discapacidad, no tienen nada, s�lo anhelan desesperadamente volver a �su casa, a su trabajo, a su lugar seguro� construido con a buena voluntad de sus compatriotas.
En el a�o 1993, estando mi hijo matriculado en la Escuela Horizontes, una noche la �Sociedad An�nima� propietaria de dicha escuela nos llam� para notificarnos la decisi�n de prescindir de los servicios de la directora do�a Vyria Brautig�m (qdDg)�, todo esto sin tomar en cuenta en apego de nuestros ni�os a su directora. Como yo no hab�a llevado a mi hijo a una �sociedad an�nima� a educarse, sino a una escuela, la reacci�n fue contundente y s�lo dej� terminar el curso lectivo para trasladar a mi hijo a otro centro educativo.
Trece a�os despu�s veo con tristeza que la historia se repite, esta vez en Desamparados y contra gente que necesita como pocos una mano amiga que les ayude a salir adelante. S�lo espero que esta vez la familia Mora recapacite a tiempo y entiendan que la da�ina trayectoria s�lo les ha reportado el repudio en lugar de la admiraci�n que una vez creyeron alcanzar y dejen que la Asociaci�n Industrias de Buena Voluntad vuelva a funcionar con tranquilidad, con el apoyo estatal, la solidaridad de los costarricenses, la directora querida por todos los padres y madres, para los que beneficiarios que tanto necesitan un lugar ejemplar como ha sido ese, puedan regresar y tomar posesi�n de lo que realmente les pertenece
Flora Fernández | 12 de Febrero 2006
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