Recientemente record� aqu� una �poca en que esta columna, entonces diaria, se dedicaba una vez por semana a comentar alg�n libro costarricense reci�n publicado. Comenzaba apenas nuestro �boom� editorial, pero ya hab�a suficientes libros para las 52 semanas del a�o.
Pasa el tiempo. En Costa Rica aparecen ahora casi mil libros cada a�o, y es pr�cticamente imposible orientarse dentro de esa cantidad. Tal vez se lograr�a, si los peri�dicos dedicaran a los libros una d�cima parte del espacio que destinan a los cantantes de rock. As� y todo, aparecen noticias (aunque no rese�as) ocasionales, y de algo se entera uno.
Sigo frecuentando librer�as, y as� he logrado hacer gratos descubrimientos. Adquiero como es l�gico las obras de los autores que conozco y me gustan, pero con frecuencia me pierdo entre la novedades firmadas por debutantes, y me muevo un poco al azar dentro de ellas, llev�ndome a veces sorpresas agradables.
No fue por su poco atractivo t�tulo de La Soledad no se ve en los Espejos, que de paso parece anunciar un libro distinto del que es, que adquir� esta obra de una autora para m� hasta ayer desconocida; Alejandrina Guti�rrez, que apareci� hace ya tres a�os, con un justamente encomioso pr�logo de Carmen Naranjo.
Es una obra sorprendente, porque no se parece a lo que est� de moda escribir aqu�, y si tiene alg�n parentesco con lo que se escrib�a antes, es lejano. Lo que la autora ha puesto de relieve aqu�, es no s�lo una envidiable capacidad ling��stica y de estilo, sino adem�s un sentido del humor y de la s�tira que la lleva a extremos verdaderamente hilarantes cuando no abiertamente preocupantes y (por acu�ar un t�rmino), completamente sociocidas. Porque Alejandrina Guti�rrez ha hecho la disecci�n (yo habr�a querido poder decir la autopsia) de los aspectos m�s negativos de nuestra sociedad actual, de las imbecilidades en que cree, de las estupideces que comete, y de la frescura con que viola los m�s elementales principios no solo morales, sino tambi�n sociales, de convivencia y de inteligencia. Hay cuentos en este libro que parecen escritos no desde un teclado sino desde un bistur�.
Pero Alejandrina Guti�rrez no se indigna ni suelta el llanto (como los escritores latinoamericanos de 1940) ante lo que ve. Se limita a re�rse, a desentra�ar, a mostrar la hipocres�a y sobre todo, la estupidez ambiente.
No conozco a la autora, pero quiero invitarla a que colabore en la Revista Nacional de Cultura que co-dirijo en la UNED. Y a ustedes, a que busquen este libro. Consta de diecisiete cuentos de buena calidad, cuatro de los cuales van como balas hacia las m�s exigentes antolog�as de la narrativa y del humor costarricenses. El sello que lo cubre es Editorial Osad�a, y el precio, dos mil colones.
(La Rep�blica)
Alberto F. Cañas | 5 de Noviembre 2005
1 Comentarios
Don Alberto: Rock no es ant�nimo de buena literatura. Rock es muchas veces sin�nimo de cultura, rebeld�a y creatividad. Libros los hay muy malos y piezas de rock muy buenas. Es solo un detallito, pero por ah� se descalifica el trabajo aut�ntico y honesto de mucha gente, joven y ya no tan joven ( el rock es viejo ya) G�neros m�sicales los hay muchos, y dentro de ellos, gente que hace cosas de calidad y gente que hace cosas solo por entretenerse, y gente que hace cosas solo para vender. Merecen mis respetos los primeros y los segundos. Los terceros: pues me tienen sin cuidado…pero…pero…en Costa Rica, hay y ha habido mucha gente muy valiosa que hace rock, y hace poes�a con contenido y m�sica rock, como en el mundo, grandes rockeros levantan su voz contra las injusticias y alertan sobre los problemas del mundo. Antier vi con mi hijo de 13 a�os el top 10 de rock en ingl�s de MTV. De las 10 canciones, 8 eran mensajes contra la guerra de Bush, por darle solo un ejemplo. Ojal� que el Ministerio de Cultura del PAC, sepa incluir en sus propuestas al rock nacional, que poco espacio tiene en las emisoras comerciales de radio controladas desde Miami.