<em>En los a�os ochenta,
el capitalismo triunf� sobre el comunismo.
En los noventa,
triunf� sobre la democracia y la econom�a de mercado</em>.
David C. Korten
La democracia ha sido hasta el inicio del tercer milenio, el mejor sistema pol�tico que conocemos, pese a sus debilidades, comenzando por el hecho que a diferencia de los sistemas totalitarios o dictatoriales, que son excluyentes, en la democracia todos caben: hasta sus detractores.
En las �ltimas d�cadas, muchas de las principales doctrinas pol�ticas occidentales, han asociado su nombre a la democracia (unos como social-democracia, otros como democracia cristiana), realizando desde las diferentes opciones, aportes muy significativos e importantes en t�rminos ideol�gicos y en la conducci�n pol�tica de muchas naciones.
Pero hasta la fecha, no he escuchado a nadie hablar de Democracia Solidaria, es decir, unir el concepto de la democracia, donde cada persona tiene derecho a elegir y ser elegido, donde cada individuo tiene valor como persona y no �cada col�n un voto�. Por otra parte, el concepto universal de solidaridad, seg�n el cual la sociedad existe, porque reconoce la interdependencia de los seres humanos como requisito b�sico. Sin solidaridad no puede existir una sociedad.
Si �cada persona cuenta�, independientemente de los recursos que posea en su cuenta personal, la sociedad solidaria ser�a la responsable de dotar a todos sus miembros de los bienes, recursos y servicios necesarios para tener una vida digna, por el compromiso inherente que implica la solidaridad.
En estos t�rminos, si una sociedad optara por vivir en Democracia Solidaria, cambiar�a hasta su vocabulario: cooperaci�n en lugar de competencia. Entendimiento en lugar de negociaci�n. Equidad en lugar de justicia. Compartir en lugar de acumular.
Lo anterior puede sonar ut�pico, porque la sociedad materialista y ego�sta s�lo puede concebir un mundo tipo jungla. La sociedad en Democracia Solidaria, por el contrario, se orienta hacia el humanismo. Aunque suene a fantas�a, solamente cuando nos atrevemos a so�ar lo imposible y ponemos todo nuestro empe�o, en hacer que los sue�os se conviertan en realidad, encontraremos sentido a la vida, especialmente si al hacerlo el principal objetivo es el bien com�n y no s�lo el beneficio personal.
La pol�tica es ciencia de realidades, pero se apoya en ideales, porque de lo contrario se estancar�a, detendr�a el progreso, no permitir�a trazar metas y lograr anhelos. Por ello el concepto de Democracia Solidaria no debemos visualizarlo inalcanzable, ya que los dos conceptos: solidaridad y democracia, son realidades que �ntimamente unidas, har�an del mundo un lugar mejor para vivir: sostenible, equitativo, seguro y humano.
Un mundo donde la generosidad y compartir la riqueza resulte placentero; apoyado a su vez en otra realidad: los seres humanos somos pasajeros o mortales, por lo que la absurda acumulaci�n de riqueza, m�s all� de lo necesario comienza a hacer la vida m�s complicada e insegura, �o no es cierto que cuanto m�s tenemos, m�s debemos que cuidar?
Si acumulamos bienes materiales en exceso, enfrentaremos una carga dif�cil de manejar, imposible de gastar, sin contar que con la vejez se nos limita el consumo de alimentos y bebidas por el colesterol, la diabetes, el exceso de peso� entonces nos preguntamos �para qu� m�s? �Para heredarlo y que los descendientes acaben peleando por plata?
Tambi�n es cierto que al envejecer, nos asalta el miedo y la inseguridad de llegar al final de la vida sin suficientes recursos, porque sabemos que con la edad nos resulta imposible trabajar y ganar dinero. Ah� es donde cobra sentido que es necesario gozar de seguridad econ�mica que nos asegure la debida atenci�n m�dica, un lugar apropiado para vivir hasta el �ltimo d�a y al final un funeral que no deje a la familia en la ruina; son preocupaciones que todos tenemos, porque no hemos perfeccionado un sistema de seguridad social, como si lo han hecho sociedades m�s avanzadas. En los pa�ses n�rdicos por ejemplo, los adultos mayores saben que alguien les atender� si enferman, tendr�n comodidades y buena vida en los �ltimos a�os, seguridad y alimentaci�n apropiadas y compa��a, que resulta tan importante frente a la soledad que suele acompa�ar la vejez.
De igual manera, las familias j�venes tienen la seguridad que sus hijos tendr�n acceso a educaci�n p�blica de calidad, alimentaci�n y vivienda, etc. Que los ni�os con alg�n tipo de discapacidad tambi�n tendr�n oportunidades de vivir dignamente, porque son pa�ses donde so�aron desde hace mucho tiempo con una Democracia Solidaria, se empe�aron en lograrlo y lo hicieron.
�Estaremos en Costa Rica a tiempo y dispuestos a so�ar algo as�? �Estaremos empe�arnos en lograrlo?
Flora Fernández | 10 de Octubre 2005
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