No pierdo la oportunidad, en el curso de Historia de Costa Rica que imparto en la Ulatina, de se�alar y subrayar ante mis estudiantes, que ese orgullo nacional que es el Ferrocarril al Pac�fico fue construido por la Secretar�a de Fomento (hoy Ministerio de Obras P�blicas), y trazado, dise�ado y dirigida su construcci�n por ingenieros costarricenses, uno de los cuales, don Alberto Gonz�lez, dise�� el espectacular puente sobre el T�rcoles. Todo, durante las administraciones de don Rafael Yglesias, don Ascensi�n Esquivel y primera de don Cleto Gonz�lez V�quez. Y fue el primero de ellos el que, asustado por lo que nos estaba ocurriendo con el del Atl�ntico, decidi� que el del Pac�fico ser�a nacional.
Fue el Ministerio el que construy� la red de carreteras que cubre el territorio nacional, y lo hizo directamente, o bien contratando la construcci�n con empresas nacionales serias, como por ejemplo la de don Chico Jim�nez que construy� la carretera al Iraz�. Esto, antes de que el gobierno de Calder�n Guardia decidiera repartir esos contratos entre los parientes del presidente.
Pero un d�a de tantos, nuestros desinteresados neoliberales comenzaron a proclamar y predicar la inoperancia del Ministerio (puede que contribuyendo a ella), hasta que finalmente se salieron con la de ellos, y comenz� la contrataci�n de obras con compa��as extranjeras o transnacionales.
Total, que ni se termina la ampliaci�n del Aeropuerto Santamar�a, ni se construye (y hago votos por que no se construya jam�s) la llamada autopista de Caldera, ni se ampl�a la Bernardo Soto ni nada. Lo que tenemos en vez de obras, son litigios. Y han firmado por nosotros un tratado en el cual esos litigios saldr�n de manos de nuestros tribunales.
Recuerdo, de mi infancia, el problema que tuvo Costa Rica con una compa��a, la Simmons, a la que le firmaron contrato para algo, que no cumpli�. Y recuerdo a mi abuelo materno (Ministro de Fomento de don Cleto por unos meses) afirmar que Costa Rica no deb�a en lo sucesivo contratar m�s obras con empresas extranjeras, pues solo los alemanes de la electrificaci�n del ferrocarril hab�an cumplido. El pa�s decidi�, cuerdamente, salirse de esos enredos y emprender directamente la majestuosa construcci�n de obras p�blicas que caracteriz� a los gobiernos sucesivos de don Ricardo y don Le�n Cort�s (1932-1940), con la ya mencionada y cuidadosa participaci�n de empresas costarricenses.
Lo curioso de todo esto es que los neoliberales nos han dejado sin In�s y sin el retrato. Sin las obras y sin el Ministerio. Y todo por satisfacer una inclinaci�n ideol�gica de los Chicago Boys. Esa misma que nos quiere poner un impuesto para que el producto de negocio de seguros pueda ser exportado, y qui�n sabe si no gastado en Las Vegas.
Esa es la Patria que nos vienen recomendando, y se las han arreglado para que en el Tratado de Libre Comercio se incluya (y parece que no por iniciativa de los Estados Unidos) esa serie de cl�usulas que tienden a entregar a las transnacionales (inversionistas o no) lo que nos va quedando como nacional.
Frente a una clara posici�n patri�tica (la de don Pepe), que dec�a: �nacional aunque sea p�blico�, se alza prepotente la otra: �privado aunque sea extranjero�. Y ese es el dilema que hoy enfrenta nuestro pueblo, al que ponen a favorecer en encuestas el TLC, sin preguntar antes a los encuestados si lo conocen, lo entienden o lo han le�do.
(La Rep�blica)
Alberto F. Cañas | 17 de Septiembre 2005
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