Antes que nada, un consejo sano a los publicistas responsables de un inserto que circul� el domingo anunciando los refrescos Tang. Y es que consulten con la ni�a Pochita, o con un diccionario que no est�n tan caros, antes de decir aberraciones como “ac� viene algo muy grande para tus hijos”. Se�ores, por favor, de cu�ndo ac� se habla de esa manera? No se dice “ac�”. Se dice “aqu�”. Ac� es una expresi�n vaga, y aqu� una expresi�n concreta. Lo que sucede es que los locutores de televisi�n de Costa Rica se han puesto de acuerdo, parece que por unanimidad, para decir ac� donde lo correcto es decir aqu�, y ya vemos que han conseguido publicistas que los sigan en su torpe empe�o. Pero es bueno que se enteren de que el idioma castellano no lo manejan ni tienen facultades para cambiarlo los locutores televisibles de Costa Rica, que no hay manera de que decidan hablar como la gente y decir “aqu� estamos” en vez de “ac� estamos”.
Ser�a bueno que la comisi�n de notables, los diputados, y los defensores au trance del Tratado de Libre Comercio, lean con cuidado lo que revel� en estos d�as el diputado Rodrigo Alberto Carazo: que mientras en los Estados Unidos aprob� el Senado una ley que declara que la legislaci�n tanto federal como estatal de los Estados Unidos, primar� sobre lo contenido en el Tratado, aqu� nuestros inefables negociadores firmaron que en Costa Rica el tratado primar� sobre nuestra propia legislaci�n. Nunca fue m�s cierto lo del tigre suelto y el burro amarrado. Sobre todo por lo de burro.
�No les recuerda esto a ustedes la tristemente c�lebre Enmienda Platt que los Estados Unidos le impusieron a Cuba cuando �sta se declar� independiente, y a la que un gran gobernante norteamericano, Franklin Roosevelt, renunci�, dotando a Cuba de la soberan�a plena de que no gozaba?
Estudiantes de la historia, p�nganse las pilas, y averig�en qu� era la Enmienda Platt. Porque algo hay de semejanza espiritual entre ella y lo que pretende el TLC, de convertirse en ley inconmovible de nuestra pobre Republica.
Hace unos meses hice una sugerencia que nadie atendi� y que ahora reitero: Averiguar qu� conten�a el proyecto de Tratado de Libre Comercio que los Estados Unidos le propusieron al gobierno de Le�n Cort�s en 1937, y que provoc� la renuncia del Ministro de Relaciones Exteriores don Lico Jim�nez, que se neg� a firmarlo.
El conocer la historia (no solo la propia sino tambi�n de paso la cubana) nos puede ayudar a que se clarifique nuestra mente, tan sistem�ticamente oscurecida con sofismas, afirmaciones falsas, verdades a medias y propaganda diz que inteligente y que no se sabe qui�n paga.
La verdad es que si en c�rculos importantes existe desconfianza en lo que se refiere a ese Tratado, ello es culpa de quienes lo negociaron, no de quienes lo defienden. Porque lo tramitaron en secreto; porque el equipo de negociadores fue sectario y monocorde; porque nunca se dijo qu� propon�a Costa Rica, qu� aceptaba Costa Rica ni qu� rechazaba Costa Rica (si rechaz� algo), para que al final nos dijeran “lo toma y lo toma”, y el Presidente Pacheco decidiera deshacerse del equipo negociador, aunque sin decir por qu�. Sobre todo, desde que se supo que el Tratado no era exclusivamente de libre comercio sino que incluye una especie de enciclopedia anexa a la que cada d�a se le encuentran nuevos entresijos.
Culpa del misterio, del secreto, del sectarismo, de la oscuridad y de la desconfianza en la opini�n publica.
(La Rep�blica)
Alberto F. Cañas | 19 de Julio 2005
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