Estamos obligados a que la horrible tragedia del Hospital Calder�n Guardia nos ponga a reflexionar. Ahora sabemos que desde hace tiempo se conoc�a la necesidad de tomar medidas que habr�an podido evitarla, y se insist�a en ellas, pero sin resultado. Y que la situaci�n es similar en otros hospitales.
Mucho se ha hablado de la irresponsabilidad con que han administrado la Caja de Seguro Social, con criterios que parecen de asalto. El pr�stamo finland�s, invertido en buena parte en la compra de equipos innecesarios pero del cual disfrut� buena cantidad de paniaguados, es un ejemplo. Pensemos en las sumas que se gastaron en construir una plaza que a quien le tocaba hacerla era a la Municipalidad de San Jos�.
Se incendi� un hospital, cosa horrible. Se pueden incendiar otros. Pero las sucesivas juntas directivas de la CCSS han dedicado gastos y esfuerzos a cosas de cuant�a menor. Tremebunda irresponsabilidad, acompa�ada, en el caso finland�s, de lo que todos sabemos.
Entre los factores m�s preocupantes de todo esto, figura, y nadie lo ha dicho, la circunstancia de que desde 1982 la Junta Directiva de la Caja no la nombra el Poder Ejecutivo libremente en su totalidad, sino que est� compuesta, a m�s de los del Gobierno que incluyen el innecesario Presidente Ejecutivo, por representantes patronales y obreros cuyo nombramiento se origina en c�maras, sindicatos (no los de la instituci�n), cooperativas y sector solidarista.
Valdr�a la pena averiguar c�mo se las ha arreglado nuestra grader�a de sol para lograr que los representantes no gubernamentales se hayan comportado con tanta irresponsabilidad y diciendo que s� a cuanto ven�a de Zapote (y puede que no haya sido de Zapote en todos los casos).
Hablo de esto, pensando que fui miembro de esa Junta Directiva como nombrado en 1974 por el gobierno de Daniel Oduber y reelegido como representante gubernamental por el de Luis Alberto Monge en 1982, pues fue durante el periodo de este �ltimo que la Junta devino “funcional”. Pero visto est�, seg�n los acontecimientos recientes, que el sistema funcional no estuvo funcionando de verdad en los �ltimos tiempos.
No se trata ahora de establecer responsabilidades morales y probablemente plat�nicas en determinadas personas que ocuparon determinadas posiciones. Nada se sacar�, pues en la Costa Rica actual si se llegara a determinar que alguien fue el culpable de que ciertas medidas no se tomaran, ese alguien podr�a encontrar a corto plazo quien lo colocara en otra posici�n de responsabilidad. En Costa Rica, la teor�a de que no debe haber penas trascendentes, nos ha llevado a ignorar oficialmente los antecedentes de los individuos.
Es absurdo que se pretenda responsabilizar de lo ocurrido al director del hospital. Dr. Luis Paulino Hern�ndez, puesto que �l no tiene la facultad de ordenar construcciones y modificaciones que eviten tragedias. S�lo la de solicitarlas.
Nuevamente, el fr�o no est� en las cobijas sino en los cobijados. Repito: los que pusieron a la Caja a gastar en cosas menos necesarias, lo que debi� destinarse a medidas de seguridad.
�Castigarlos? No veo que se gane nada con hacerlo. Mas bien, recuperar el sentido de responsabilidad con que los gobiernos posteriores al 48 escog�an a la gente, antes de que se impusieran criterios como (entre otros), el de buscarles colocaci�n a los subdiputados sumisos y cesantes.
(La Rep�blica)
Alberto F. Cañas | 16 de Julio 2005
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