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Chisporroteos

Alberto F. Cañas | 6 de Julio 2005

El nombramiento de la Contralora estuvo rodeado de curiosas incidencias, que ser� �til comentar.

Comienzo diciendo que la Comisi�n de Nombramientos que ha creado la Asamblea Legislativa es un disparate, y m�s que eso, una confesi�n de que es impotente para buscar candidatos apropiados a las posiciones que est� obligada a llenar. Entre otras razones, porque como dir�a La Machaca, una Asamblea integrada por gente a quien nadie conoce porque antes de ser diputados no pasaban de ser Perencejos, no est� obligada, por definici�n, a conocer a nadie.

Entonces integran una comisi�n que tramite las solicitudes de los que aspiran al puesto. As�, la Asamblea confiesa que se propone escoger el funcionario, no entre quienes tienen capacidad y experiencia, sino entre los que tienen ganas de que los nombren.

La comisi�n crea sus propias reglas y tarifas, decide cu�ntos puntos le concede al que tiene t�tulo universitario, cu�ntos al que sabe leer y escribir, cu�ntos al que sabe andar en bicicleta, etc�tera, y as� llega a un puntaje para cada aspirante que por supuesto no tiene ninguna seriedad. Tanto es as�, que, el Plenario no est� obligado a escoger entre los recomendados por la comisi�n.

En el caso concreto, y visto que ninguno de los recomendados por la comisi�n lograba la votaci�n necesaria, las dos alas del PLUSC (no s� si por medio de sus jefes de fracci�n titulares o por medio de los aut�nticos jefes Jim�nez y Lacl�), se dieron a buscar alguien que las satisficiera. Lo encontraron y (aqu� comienza lo censurable) sin comunicarlo a los diputados de las otras fracciones, eligieron sorpresivamente a una persona que, curiosamente, hab�a sido recomendada editorialmente por un peri�dico, en acto que todos los peri�dicos deber�an imitar siempre para ilustraci�n de los diputados que no conocen a nadie.

La manera como esto se condujo es lo censurable: secreto y votaci�n sorpresiva. Una tioconejada como la que hace nueve a�os realiz� el PUSC con la complicidad de Walter Coto para nombrar Subcontralor a un ciudadano que ten�a pendiente en la Asamblea una recomendaci�n de que no se le nombrara en puestos p�blicos.

As� las cosas, lo repudiable es la tioconejada. Nada les costaba a los diputados del PLUSC poner a alguno de pie a pedir que se nombrara a la se�ora Aguilar, y aqu� paz y despu�s gloria (no la Gloria Valer�n con que tropiezan a cada rato).

�Qu� sucede? Que el secreto y el sigilo despiertan sospechas. Y esas sospechas cristalizan en la tormenta en un vaso de agua que hemos presenciado (y en cierta forma aplaudido) en estos d�as. No conozco a la nueva Contralora. Los diputados de mi partido han objetado, no me queda claro si su nombre o (como hago yo) el procedimiento con que la nombraron como quien anota un goal. En todo caso, no se oyen malas referencias personales ni profesionales sobre ella.

Y ya ver�n ustedes c�mo tras la elecci�n de una Contralora perteneciente al PUSC, el tanate (que no �guila) de dos cabezas que es el PUSC, har� lo mismo con el Defensor de los Habitantes, pero el candidato que propondr�n provendr� del ala verde del tanate.

Hoy por ti, ma�ana por m�, siempre por ambos. Todos los nombramientos (contralor, magistrados, defensor) son para gente del PLUSC, alternando las dos alas. A los ciudadanos apol�ticos, como a las otras fracciones palamentarias, que los muerda un burro.

(La Rep�blica)

Alberto F. Cañas | 6 de Julio 2005

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