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Chisporroteos

Alberto F. Cañas | 2 de Julio 2005

A veces me da risa, pero deber�a darme ganas de llorar, la hipocres�a con que los altos c�rculos predominantes se preocupan cada vez que afuera sube el precio del petr�leo, y nos recetan un aumento en la gasolina.

Pero al mismo tiempo lamentan que no se construya (o no se termine, da igual) la autopista Villa Col�n-Caldera. (Advierto que no le llamo Ciudad Col�n como ahora se acostumbra, porque la palabra Villa es parte de su nombre y no un calificativo).

La autopista Villa Col�n-Caldera est� destinada a que por ella circulen enormes furgones que transportar�n mercader�a entre Caldera y San Jos�. Y el prop�sito de construir esa autopista (para favorecer a los due�os de furgones) es contempor�neo de la decisi�n torpe y discutible de cerrar el Ferrocarril al Pac�fico, capacitado como est� y lo estuvo siempre para efectuar ese transporte.

Si queremos economizar gasolina, lo procedente es reactivar el Ferrocarril al Pac�fico, y modernizarlo. S�lo a un pa�s de tontos, o dominado como el nuestro por una tontocracia que le sirve a la zorrocracia, se le ocurre cerrar un medio de transporte que gasta agua, y empe�arse en sustituirlo por otro que consume gasolina. �Somos idiotas o es que aspiramos a que nos crean idiotas? Todos los pa�ses civilizados est�n poniendo �nfasis en los ferrocarriles.

Siempre me he preguntado qu� intereses se han movido detr�s de la decisi�n de sustituir el Ferrocarril al Pac�fico por una autopista.

Por cierto que el Ferrocarril podr�a servirnos para desmentir otra estupidez. Nadie sabe qui�n invent� que nuestro Ministerio de Obras P�blicas no serv�a y que lo conveniente es que las obras p�blicas las construyan empresas particulares por concesi�n, no s� si de las que pagan premios.

Desde que los neoliberales inventaron eso, Costa Rica no volvi� a ver una obra p�blica grande terminada� y a veces ni siquiera iniciada.

Y es curioso que un Ministerio que hace ciento y pico de a�os pudo trazar, dise�ar y construir un ferrocarril de 116 kil�metros (m�s los ramales), y dise�arle y construirle los puentes y t�neles que requer�a, ahora resulte in�til.

Lo que hay que preguntarse es qui�n o qui�nes lo inutilizaron, porque toda nuestra red de carreteras, escuelas, y edificios p�blicos (tal vez con la excepci�n de los majestuosos edificios conocidos como el Correo y la Peni), fueron construidos por el Ministerio de Obras P�blicas (o de Fomento como se llamaba antes de 1948) a entera satisfacci�n de los costarricenses y bajo el comando de ministros como Le�n Cort�s, Ricardo Pacheco Lara, Alfredo Volio Mata, Francisco J. Orlich, Gonzalo Jim�nez, Esp�ritu Salas, Carlos Espinach y Rodolfo Silva, por citar unos pocos. Lo que pasa es que comenzaron a decir que es un ministerio incompetente�

Dejemos de avergonzarnos de un Ministerio que, en buenas manos o bajo buenos gobiernos, fue parte del orgullo nacional que nos est�n obligando a perder. La decisi�n es f�cil: en vez de completar la innecesaria ruta de los furgones que nos endeudar� cada d�a m�s, rescatemos ese instrumento de desarrollo, esa obra magistral de ingenier�a costarricense, ese orgullo de todos que ha sido el Ferrocarril al Pac�fico, concepci�n genial de Rafael Yglesias, y el m�s eficaz fomentador de la riqueza nacional que Costa Rica tuvo en el siglo XX.

(La Rep�blica)

Alberto F. Cañas | 2 de Julio 2005

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