Disminuir tamaño de letraAumentar tamaño de letraImprimir paginaEnviar esta pagina por e-mailAmpliar el ancho de la paginafluid-width

Chisporroteos

Alberto F. Cañas | 21 de Mayo 2005

Francisco Urbina, que ha fallecido esta semana, fue una de las primeras figuras j�venes que surgieron cuando se inici� la protesta contra el estado de cosas que se viv�a en 1942, protesta que hoy no es necesario dilucidar si iba dirigida contra la llamada Oligarqu�a Civil, contra el Partido Republicano Nacional, contra los que llam�bamos �opilados�, contra el gobierno del Dr. Calder�n Guardia, o contra la imprudente conducta pol�tica de este �ltimo.

Lo cierto es que, para sostener su mayor�a parlamentaria, el establishment gobernante recurri� a toda clase de fraudes, y por primera vez a la violencia, fue con violencia que lograron que un l�der tan indiscutible como el Dr. Vargas Vargas en Guanacaste, no saliera electo. (Anuncio de lo que sucedi� dos a�os despu�s cuando al partido de oposici�n no le permitieron elegir un solo diputado en la provincia de San Jos�).

No hab�a oposici�n organizada ni partido de oposici�n de escala nacional, pero grupos de muchachos en San Jos� y Alajuela inscribieron papeletas independientes y lograron sorpresivamente elegir dos diputados en cada una de esas provincias.

Uno de esos cuatro fue el alajuelense Francisco Urbina, que iniciaba as� una venturosa carrera pol�tica.

Le toc� en suerte, poco m�s de un a�o despu�s, ser agredido a cintarazos por la polic�a en el propio patio del Congreso, honor que comparti� con Francisco Orlich y que, por lo que se sabe sell� una amistad para siempre entre ellos.

Posteriormente, Urbina se integr� al grupo llamado Acci�n Dem�crata, compuesto por j�venes que, habi�ndose adherido al partido Dem�crata de Le�n Cort�s, ten�an diferencias generacionales con �ste y luego se independizaron, para formar, con el Centro para el Estudio de los Problemas Nacionales, el Partido Social Dem�crata.

Todo esto llev� a Paco Urbina a tener, despu�s del 48, un papel de consejero en lo que vino, y a servir, durante el segundo gobierno de Figueres la Embajada de Costa Rica en Madrid y durante la Administraci�n Orlich, el Ministerio de Gobernaci�n, que desempe�� con inteligencia y prudencia inigualables. Los diputados liberacionistas de entonces no pudimos elegirlo Contralor como pretendimos, pero los obst�culos para su elecci�n fueron pol�ticos y no morales.

Pese a su actividad pol�tica puesta de relieve en todas las campa�as de entonces, se empe�� en mantenerse como un pol�tico alajuelense, figura clave en la actividad p�blica de su ciudad natal, pero inevitablemente tambi�n en escala nacional aunque no se lo propusiera. Todos los aspirantes a candidaturas presidenciales buscaban, como uno de sus pasos iniciales, el apoyo de Paco Urbina, apoyo por el cual �l luego no pasaba la cuenta.

Su hijo Jorge ha sostenido una conducta similar, y se destac� como Vice Ministro de Relaciones Exteriores en la administraci�n Monge.

Quiero destacar esa circunstancia de haber sido siempre Francisco Urbina, el ejemplo de lo que debe ser un pol�tico. Ojal� hubi�semos tenido en estos �ltimos veinte a�os, unos veinte como �l. (Ya que como �l hubo, en su �poca, suficientes). Pero era uno de los �ltimos que nos iban quedando. Y no debemos dejarlo irse en silencio, sin pregonar que este pa�s tan venido a menos necesita muchos. Salgamos a buscarlos, hasta que los encontremos. No sigamos content�ndonos con �los que se ofrecen�.

(La Rep�blica)

Alberto F. Cañas | 21 de Mayo 2005

0 Comentarios

Publique su Comentario




Recordar mis datos?


Reglas para publicar comentarios: Antes de publicarse, cada comentario ser� revisado por el moderador. Su direcci�n de e-mail no aparecer�.